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El próximo miércoles, 30 de abril, se celebrará un THATCamp en la UNED para inaugurar el Laboratorio de Innovación en Humanidades Digitales, LINHD, acrónimo que, no sé porqué, me recuerda el chocolate Lindt (lo mismo que el lingüista Schuchardt siempre lo he asimiliado al chocolate Suchard).

Allí (o quizá aquí, tengo un serio problema de ubicación), en los años ochenta del siglo pasado, comencé mis aventuras digitales, aunque en aquel entonces tan solo eran informáticas. El acceso a internet era cosa de unos locos por medio de un negro cable coaxial que los técnicos tendieron por los falsos techos. También llegó a la Facultad de Filología el primer lector de CD para poder utilizar el primer volumen de ADMYTE, en el que participé con algunas transcripciones. Fue el momento de olvidar el viejo MS-DOS de los renqueantes IBM-XT que con gran esfuerzo instalamos en la sala 619 y pasar al Windows (3.x).

En 1992 y 1993 me invitaron a participar en los cursos de verano de la UNED –primero en Ávila, después en Denia– para hablar de las aplicaciones y usos de la informática en la lengua y literatura. ¡Qué tiempos aquellos! Tuve algún que otro roce con algún estudiante porque él era «de letras» y esas cosas eran tonterías inaplicables para estudiar la literatura. Recuerdo que le respondí algo así como «También decían que eran tonterías algunas de las cosas que describía Jules Verne en sus novelas, y hemos llegado a la luna y hay submarinos».

El tiempo me ha dado la razón: la filología informática, aunque acompañada por el sonoro adjetivo digital, es útil para el estudio e investigación de la lengua y de la literatura y se ha instalado definitivamente entre los «de letras». Me alegra saber que en la UNED, bajo la batuta de Elena González-Blanco y su equipo, se crea el LINHD, pues la UNED, desde principios de los años de 1980, se preocupó por facilitar el acceso a las nuevas tecnologías y no puso pegas a quienes quisimos aventurarnos por esos derroteros. Allí aprendí a usar FrontPage y a codificar en HTML y creé mi primeras páginas web, sobre Historia de la Lengua Española I, que era mi asignatura, y sobre los textos medievales de cetrería, mi tema de investigación. Algunos hemos dejado rastros de nuestro paso informático/digital en los servidores de la UNED. Si no me crees, pica.

Nos vemos el miércoles para hablar del XML y el TEI y cómo usarlo (pero será un pildorazo).

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